lunes, 14 de enero de 2013

Obesidad - emociones y espíritu



Por Paty Monroy

Se ha dicho hasta el cansancio que la obesidad ya es un problema de salud pública a nivel mundial… y?... ¿Qué se hace al respecto? Los gobiernos hacen su mejor esfuerzo instituyendo e instruyendo sobre programas de prevención del sobrepeso que se llevan a cabo en escuelas, empresas, hospitales, etc… y?...  Bien por esos programas que parecen ofrecer que no habrá más sobrepeso en futuras generaciones… pero…

Ya existen miles y miles de personas declaradas obesas y necesitan atención. Algunas de ellas preocupadas por su salud o simplemente por su silueta, buscan y encuentran diariamente información y propaganda sobre curas que parecen milagrosas, algunos tratamientos dolorosos y caros con la promesa de bajarlas de peso en poco tiempo.

Como terapeutas en biomagnetismo y sabiendo de antemano que la obesidad es multifactorial, habremos de tratarla de manera holística: a nivel físico, mental y espiritual.

A nivel físico hay algo que si debemos saber como cultura general, es lo siguiente: La medicina general clasifica la obesidad en exógena y endógena.

La obesidad exógena es la más común y no está causada por ninguna enfermedad del organismo, sino que es provocada por los hábitos alimenticios de cada persona, generalmente un inadecuado régimen alimenticio o exceso en la alimentación, aunado al sedentarismo y falta de ejercicio.

La obesidad endógena que es provocada por problemas endocrinos o metabólicos. Este tipo de obesidad es debida a problemas como el hipo o hipertiroidismo, el síndrome de Cushing, la diabetes, el síndrome de ovario poliquístico o el hipogonadismo, entre otros. Dentro de las causas endógenas, es frecuente hablar de obesidad endocrina cuando está provocada por la disfunción de alguna glándula endocrina, como la tiroides.

A nivel mental, la obesidad está relacionada con la autoestima, el sexo y el estrés.
Los detonadores de la obesidad pueden ser: el incesto, la violación, abusos sexuales, contactos íntimos no deseados, abuso infantil. ¿Cuál es la señal del cerebro? Engordar para alejar o desalentar a los atacantes. Engordar para protegerse. En cuanto a la autoestima su señal es: Engordar es decir “no soy nadie”, la prisa y el exceso de trabajo señalan al cerebro: “come rápido”, “come más” “tendrás más energía para terminar el día”, obesidad por estrés.

A nivel emocional y espiritual, la obesidad está relacionada con la ansiedad, miedo, el abandono, la desvalorización de uno mismo.

Los miedos provocan ansiedad, miedo a la vida, a la muerte, a perder bienes materiales, a personas queridas, desconfianza, etc.; entonces el cerebro dice: “Engordar para no enfrentar mi realidad y mi presente” “Engordar para no estar solo(a)” y en cuanto a la desvalorización de uno mismo está directamente ligada a la relación familiar, especialmente con la madre: “Mi madre no me atiende desde que nací; es decir, no valgo nada”.  

Las “malas vibras”, la “energía negativa” también pueden provocar la obesidad, bloquean nuestra libre digestión física y espiritual, nuestra energía vital, nuestro libre fluir, nuestra paz y tranquilidad.

Luego entonces, tratar con pacientes con sobrepeso, exige seguir un protocolo particular para cada paciente, nosotros lo hacemos en Manik... 

Después de elaborar nuesta ficha clínica, generalmente recomendamos desparasitarse, descartamos disfunciones de glándulas (especialmente tiroides) y valoramos la situación emocional... consúltamos!!!

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