lunes, 28 de octubre de 2013

La magia de los 21 días



Nos han educado bajo un sistema de creencias equívocas desde niños, hemos sido atacados con frases asesinas como: "no te lo mereces", "no puedes", "eres tonto", "nunca bajarás de peso".... etc., etc., etc., la buena noticia es que podemos cambiar esas creencias absurdas, gracias a nuestro cerebro y su maravillosa red de neuronas que pueden crear otras conexiones neuronales y que en conjunto con nuestra constancia, podremos ver resultados sorprendentes (casi mágicos) en 21 días...


He aquí el ejercicio para comprobar que SÍ SE PUEDE...

  1. Piensa en el problema que quieres resolver. Por ejemplo: necesito dinero para parar x cosas.
  2. Identifica el tema principal sobre el que quieres trabajar. Siguiendo con nuestro ejemplo, sería “el dinero”.
  3. Escribe en un papel tus opiniones sobre este tema. Por ejemplo: el dinero es necesario, el dinero es difícil de ganar, el dinero no crece en los árboles, el dinero vuela, conseguir dinero representa mucho esfuerzo y tiempo, me cuesta ganar dinero… A este respecto, dos recomendaciones, una, escribe la lista a mano para que fluyan los pensamientos más escondidos en tu subsconciente y, la segunda recomendación, haz la lista lo más larga que puedas, aunque pienses que ya no se te ocurre nada más, sigue ahí, libera tu mente, y saldrán algunas frases más. Las últimas, generalmente, son las mejores.
  4. Escoge alguna de las frases que has escrito, aquella que más te implique y que sea la más negativa y limitante. Por ejemplo: me cuesta ganar dinero.
  5. Invierte el sentido de la frase que has escrito utilizando un lenguaje positivo y motivador. Siguiendo con el ejemplo, sería: me resulta fácil ganar dinero.
  6. Ahora viene la parte más importante. Para introducir un nuevo hábito se calcula que necesitas, por lo menos, repetirlo durante 21 días consecutivos. Esta nueva creencia debes grabarla en tu memoria repitiéndola el mayor número de veces posible durante ese periodo de tiempo. Un truco es escribirla en tu teléfono móvil, como si fuera una cita en tu agenda. Programa que suene cada día a la misma hora. Cuando suene tómate un minuto para leerla y repetirla mentalmente varias veces.
  7. Transcurridos 21 días comprueba los resultados. Si ha sido efectivo realiza el mismo ejercicio con otra de las frases, por ejemplo: "estoy gorda" la cambias por: "es un estado pasajero, estoy llegando a mi peso ideal", otro ejemplo: "no tengo suerte en el amor", la cammbias por: "cada día soy más atractiva(o) para el sexo opuesto, ya veo llegar a la pareja que me hará feliz".... etc..

Puedes realizar este ejercicio con cualquier tema que quieras. En tu mente hay registradas miles de creencias que limitan tu potencial, trabajar en ellas dará como resultado eliminar los bloqueos que te impiden alcanzar tus objetivos.... puedes trabajar con varias listas a la vez.... suerte!!!

jueves, 10 de octubre de 2013

Nuestro espacio personal!!!



Sin duda a todos nos ha incomodado alguna vez que otras personas se nos acerquen demasiado para hablar y nos invade una sensación de inquietud porque invaden nuestro espacio, sentimos que contaminan nuestra aura, en fin nos provoca molestia y no se diga al viajar en transportes públicos o eventos en donde el espacio interpersonal es de 0 centímetros…


Pues bien, Ralph Adolphs, profesor de sicología y neurociencia en Bren, y su alumno el Dr. Daniel P. Kennedy descubrieron que hay un núcleo físico que controla el espacio personal, y la sensación de incomodidad cuando éste es vulnerado.


Ese núcleo físico es nada menos que la amígdala cerebral (El cuerpo amigdalino, complejo amigdalino o amígdala cerebral es un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales. La amígdala forma parte del sistema límbico cuyo papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales.) y su lesión bilateral ocasiona en pocas personas en el mundo que sean incapaces de reconocer emociones en la cara de otras personas y acercarse demasiado a otros mostrándose demasiado afectivas…


Adolphs y Kennedy realizaron un estudio que denominaron "Stop Distance", destinado a medir a qué distancia dejas de sentirte cómodo cuando un desconocido se te acerca: Mientras la paciente con la lesión citada, mostró una ligera reacción a 34 cm de distancia, los otros 20 voluntarios detenían la prueba a un promedio de 64cm.
Tradicionalmente se pensaba que las amígdalas controlaban los impulsos violentos o que ahí residía el control de la ira. Eso puede que también sea cierto, pero no invalida la tesis de los doctores, quienes plantearon que a lo mejor ese corpúsculo cerebral es lo único que diferencia la distancia de incomodidad de algunos pacientes con esas características con la de una persona sin esa lesión en los lóbulos temporales.


Los estudiosos investigadores procedieron, por tanto, a hacer un segundo experimento con los 20 voluntarios, utilizando imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) para monitorear sus amígdalas mientras ellos, que no podían voltear, eran advertidos en algún momento del experimento que había una persona a sus espaldas. 



El experimento mostró cómo en el fMRI la zona de la amígdala se encendía fuertemente cuando el voluntario creía o sentía tener una persona cerca, por lo que los científicos han concluido que en esa zona el cerebro reside la noción que cada ser humano tiene de su espacio personal, y la regulación de cómo debemos relacionarnos socialmente en función de ese espacio. Este es un descubrimiento no menor, porque ayudará a entender la causa biológica de otros trastornos como por ejemplo el autismo.



Está claro que junto con el fenómeno real de sentir invadido nuestro espacio personal, hay otros factores que influyen aumentando o disminuyendo el impacto de éste. Por ejemplo, como dijimos al principio del artículo, en países muy densamente poblados, como Japón, o en circunstancias de hacinamiento temporal como un viaje en metro o un recital, las personas toleran casi completamente la molestia. 


Amígdala o enemígdala, seguirá siendo incómodo cuando un desconocido se nos acerque demasiado, pero ahora podremos pensar: será alguien con poca amígdala?
  
Hay tanto que descubrir dentro de nuestro cerebro!!!
 

jueves, 3 de octubre de 2013

Biomagnetismo y Crisis Curativas



No es raro encontrarnos con pacientes que nos reporten que se sintieron mucho más mal al día siguiente de la terapia con biomagnetismo… a mí me pasó lo mismo… tuve una crisis curativa en mi primera sesión con imanes y me preguntaba ¿por que?...

El siguiente es un texto de un autor desconocido, que me dio la respuesta que buscaba y que ahora hago saber a mis consultantes…

Se llama crisis curativa o depurativa a la reacción de defensa del organismo. Es el esfuerzo que hacen para liberarse o eliminar las materias perjudiciales o tóxicas, así como al fortalecimiento y reconstrucción de los órganos y de los tejidos debilitados o afectados.

Este esfuerzo trae consigo síntomas que pudieran parecerse a la enfermedad o presentarse como un empeoramiento en lugar de mejorar pero, en realidad, es un avance hacia la salud integral.

En la crisis curativa nuestro cuerpo elige algunas de sus vías de comunicación tales como la piel, ocasionando síntomas como picazón, comezón, salpullido, granos, urticaria; o bien, a través del aparato digestivo, mostrando síntomas como diarreas o dolor abdominal; también puede elegir el sistema musculoesquelético para manifestar la crisis, con un aparente empeoramiento de dolores articulares o artríticos; y también puede elegir el sistema nervioso manifestando apatía, debilidad, decaimiento, depresión, nerviosismo, etc.

La crisis curativa por lo general dura de tres a siete días y, ocasionalmente un poco más de tiempo, pero no por ello debemos dejar de asistir a nuestras sesiones… nuestro cuerpo es tan sabio que desechará todo tipo de toxinas que le envenenan para recuperarse por sí mismo y recobrar la salud también con la efectividad de los campos magnéticos de los imanes.