viernes, 24 de abril de 2015

INTENCIÓN vs DESEO



Como terapeutas alternativos solemos confundir y confundirnos entre los conceptos de intención y deseo… repasemos:
 El deseo se define como el anhelo de saciar un gusto ya sea éste por objetos materiales, por personas, afectos o bien por conocimientos. Los terapeutas deseamos ver en nuestros consultantes los efectos de la aplicación de los conocimientos adquiridos.


 Por tanto, el deseo es una maquinación, es consecuencia de una emoción originada en el entorno a la cual sigue un sentimiento y luego al deseo propiamente dicho. Satisfacer los deseos implica el uso de la empatía (ponerse en el lugar del otro) y desear que la terapia surta un efecto positivo, desear que el consultante sane.


 Sin embargo, como terapeutas holísticos o alternativos, el deseo por sí mismo, no beneficiará ni a nosotros ni a nuestros consultantes… sigamos:


 Intención es un término con origen en el latín intentĭo que permite nombrar a la determinación de la voluntad hacia un fin. Lo intencional es consciente.


 La filosofía define a la intencionalidad como la relación entre la conciencia y el mundo En nuestro abordaje, esto quiere decir que la intencionalidad está vinculada a la actividad de la mente con referencia a un consultante.



 Y aunque la intención suele estar vinculada al deseo, la primera motiva una acción y el deseo espera el resultado o consecuencia.
 Dice David Zen: “El deseo está basado en el apego. La intención está basada en el desapego. Cuando deseas algo, te pierdes su esencia. Cuando intencionas algo, te conectas con su esencia.”


 He aquí la poderosa herramienta del terapeuta profesional, del que consigue resultados satisfactorios en sus consultantes.


 Independientemente de aplicar nuestros conocimientos ponemos la intención de volverlo a su estado normal de salud… solo la intención. Si involucramos el deseo, éste se convierte en una obsesión y alejamos el resultado. El deseo es producto del ego que es el que necesita obtener un beneficio. 


 Si bien deseamos que nuestros pacientes mejoren no es necesario obsesionarse con por resultados, entonces solo pongamos nuestra intención, de esta manera el Universo y la naturaleza fluirá libremente para conseguir el objetivo.


 Así que no perdamos oportunidades y energía deseando… usemos verdaderamente el poder de la intención sin apego al resultado!!!

jueves, 9 de abril de 2015

El abrazo sanador

Sabemos ya del poder terapeutico de un abrazo... éste nos ayuda, a no estar tristes, a relajarnos, a sentirnos seguros, a calmar nuestros temores; calma la ansiedad, reduce la presión arterial y produce beneficios cardiovasculares; además, tienen un efecto analgésico contra el dolor, mejora el sistema inmunológico en pacientes con cáncer o diabetes y tiene poder antienvejecimiento!!!

Además de todos estos magníficos beneficios, recordemos que un abrazo en promedio dura alrededor de 3 segundos, en los cuales liberamos una hormona llamada oxitocina (la hormona del amor), pero nuevas investigaciones apuntan a que un abrazo de más de 20 segundos, al cual podemos llamar "sincero" potencializa el efecto terapéutico de dicha hormona y por supuesto del abrazo mismo... 

Repasemos la siguiente imagen a modo de resumir este apartado y dar paso a lo que realmente me interesa compartirles en este artículo:

Bien, ahora observa las siguientes imagenes:


Y ahora responde: tú cómo abrazas?

La mayoría de nosotros suele abrazar tanto cuando toma la iniciativa como cuando se dispone a recibir el abrazo, tal como aparece en la imagen 1... 

Quienes sabemos de abrazos realmente terapéuticos y verdaderamente sanadores de cuerpo y alma, abrazarán como en la imagen número 2, en donde dos corazones se juntan, se aprietan, se comunican, emitiendo su mensaje de amor para sanarnos, corazones que se sincronizan uno y otro con el cielo y la tierra...

Elige de hoy en adelante abrazar inclinándote hacia la derecha en busca del corazón del otro por más de 20 segundos y sana a quienes amas, sanándote a ti mismo!!!

Suerte!!!