Eres
biomagnetista?, me preguntan y digo con orgullo “Si, lo soy”, ¿Con quién
estudiaste? preguntan también y respondo con otra pregunta: ¿Importa con quién?
Creo
sinceramente que el nombre del maestro con el que se estudia, poco o nada tiene
que ver cuando se es un alumno sinceramente interesado en convertirse en un
biomagnetista que conduzca a otros al encuentro de su salud física y emocional.
Conozco biomagnetistas
que no pudieron pagar las elevadas sumas que cobran algunos maestros, y pagaron
precios razonables por aprender con alumnos de maestros o alumnos de alumnos;
se de otros enteramente autodidactas y aquéllos que se han dedicado a consulta,
han contribuido a la recuperación de la salud de personas que sufren desde padecimientos
leves hasta crónico-degenerativos con resultados de éxito.
Y claro,
sabemos de aquéllos que pese a haber pagado fuertes cantidades por aprender
biomagnetismo y bioenergética, no se dedican a consulta.
No niego
que también hay quienes se dicen maestros y desconocen la terapia; se atreven a
dar cursos sin tener la más mínima idea de lo que realmente es el biomagnetismo
o la bioenergética y aunque cobren poco, el alumno es timado y obviamente no
brinda la consulta adecuada.
Pero no a
cualquier biomagnetista se le puede tachar de impostor o ignorante, cuando las
pruebas hablan por sí mismas, porque existen casos de curación debidamente
documentados y testimoniados, atendidos por alumnos de maestros y alumnos de
alumnos.
Además, no
todos los consultantes realmente interesados en recuperar su salud, pondrán su
atención en quién firmó el papel que te acredita como biomagnetista,
simplemente saben a qué te dedicas (se corre la voz de: “cura con imanes”, de la efectividad de tus terapias), tocan
a tu puerta, te dan su confianza, piden tu ayuda y dejan en tus manos su salud.
Lo
importante de ser biomagnetista, es tener una verdadera vocación, un verdadero
interés en darle continuidad al aprendizaje no solo de los pares, sino de
microorganismos patógenos, de anatomía, fisiología, hasta meridianos de
acupuntura, centros energéticos, etc., y practicar, aplicar, comprobar, investigar,
actualizarse, y sobre todo el amor y la dedicación que se ponga al ejecutar la
terapia.