jueves, 10 de octubre de 2013

Nuestro espacio personal!!!



Sin duda a todos nos ha incomodado alguna vez que otras personas se nos acerquen demasiado para hablar y nos invade una sensación de inquietud porque invaden nuestro espacio, sentimos que contaminan nuestra aura, en fin nos provoca molestia y no se diga al viajar en transportes públicos o eventos en donde el espacio interpersonal es de 0 centímetros…


Pues bien, Ralph Adolphs, profesor de sicología y neurociencia en Bren, y su alumno el Dr. Daniel P. Kennedy descubrieron que hay un núcleo físico que controla el espacio personal, y la sensación de incomodidad cuando éste es vulnerado.


Ese núcleo físico es nada menos que la amígdala cerebral (El cuerpo amigdalino, complejo amigdalino o amígdala cerebral es un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales. La amígdala forma parte del sistema límbico cuyo papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales.) y su lesión bilateral ocasiona en pocas personas en el mundo que sean incapaces de reconocer emociones en la cara de otras personas y acercarse demasiado a otros mostrándose demasiado afectivas…


Adolphs y Kennedy realizaron un estudio que denominaron "Stop Distance", destinado a medir a qué distancia dejas de sentirte cómodo cuando un desconocido se te acerca: Mientras la paciente con la lesión citada, mostró una ligera reacción a 34 cm de distancia, los otros 20 voluntarios detenían la prueba a un promedio de 64cm.
Tradicionalmente se pensaba que las amígdalas controlaban los impulsos violentos o que ahí residía el control de la ira. Eso puede que también sea cierto, pero no invalida la tesis de los doctores, quienes plantearon que a lo mejor ese corpúsculo cerebral es lo único que diferencia la distancia de incomodidad de algunos pacientes con esas características con la de una persona sin esa lesión en los lóbulos temporales.


Los estudiosos investigadores procedieron, por tanto, a hacer un segundo experimento con los 20 voluntarios, utilizando imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) para monitorear sus amígdalas mientras ellos, que no podían voltear, eran advertidos en algún momento del experimento que había una persona a sus espaldas. 



El experimento mostró cómo en el fMRI la zona de la amígdala se encendía fuertemente cuando el voluntario creía o sentía tener una persona cerca, por lo que los científicos han concluido que en esa zona el cerebro reside la noción que cada ser humano tiene de su espacio personal, y la regulación de cómo debemos relacionarnos socialmente en función de ese espacio. Este es un descubrimiento no menor, porque ayudará a entender la causa biológica de otros trastornos como por ejemplo el autismo.



Está claro que junto con el fenómeno real de sentir invadido nuestro espacio personal, hay otros factores que influyen aumentando o disminuyendo el impacto de éste. Por ejemplo, como dijimos al principio del artículo, en países muy densamente poblados, como Japón, o en circunstancias de hacinamiento temporal como un viaje en metro o un recital, las personas toleran casi completamente la molestia. 


Amígdala o enemígdala, seguirá siendo incómodo cuando un desconocido se nos acerque demasiado, pero ahora podremos pensar: será alguien con poca amígdala?
  
Hay tanto que descubrir dentro de nuestro cerebro!!!
 

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